POR QUÉ AUMENTA LA POPULARIDAD DEL ACERO CONFORMADO EN FRÍO Y SE CONVERTIRÁ EN EL MÉTODO DE CONSTRUCCIÓN PREFERIDO
Las ventajas de este sistema frente al hormigón y a la madera son básicamente la velocidad, la rentabilidad efectiva, la eficiencia acústica y energética, la facilidad de planificación y los resultados perfectos que se consiguen con la facilidad de ejecución, evitando errores y desviaciones.
“Light Steel Framing”, sistema ligero de acero conformado en frío, existe desde 1850. Sin embargo, no ha sido hasta hace pocos años, gracias a la tecnología, a las mejoras en las capacidades de cálculo para su justificación estructural y sobre todo gracias a las posibilidades de industrializar la fabricación, cuando este sistema ha explosionado convirtiéndose en referente a nivel mundial en la construcción.
Entre sus beneficios cabe destacar, el acortamiento en las fases de ejecución, las posibilidades de escalar la fabricación y la reducción de los ciclos del proceso constructivo. Además, el escaso número de desperdicios que se generan, los mejores resultados de ejecución y la eficiencia en costes, hacen de este sistema el sistema de cabecera a la hora de ser seleccionado por muchos arquitectos.
RENTABLE
Pese a que en algunos tipos de construcción el coste de materiales estructurales pueda ser superior a los utilizados en sistemas convencionales, en realidad se consigue un ahorro general en el proyecto. Este ahorro está motivado por los menores costes de mano de obra, personal no especialmente cualificado por la simplicidad de instalación, menores pesos totales del edificio que suponen ahorros en otras partidas como pueda ser, por ejemplo, ahorros en la cimentación.
RÁPIDO
Gran parte del ahorro de tiempo del total de la construcción se consigue en la fase estructural. La fabricación se lleva a cabo mientras se trabaja en la adecuación del terreno y la cimentación/losa. Una vez fabricado, se lleva directamente a obra y se procede a la instalación de forma muy sencilla y rápida. En esta fase, el sistema de acero conformado en frío es 10 veces más rápido que los sistemas convencionales. Por lo tanto, este tiempo ganado en el inicio puede ser destinado a ejecutar otras partidas del proyecto.
Como añadido al ahorro de tiempos inicial, es importante mencionar que al no tener cabida el error humano en la instalación en obra, se evitan muchos tiempos perdidos y retrasos. Se evita tener que volver a medir, se evita tener que adaptar y corregir en obra y se solapa la ejecución de varias partidas al mismo tiempo (cuestión impensable con sistemas convencionales).
LIGERO
Tanto si hablamos del momento de la fabricación, del momento de manejo de materiales o del momento de la instalación, la ligereza es un elemento clave en este sistema.
A la hora de fabricar, no se necesita maquinaria específica para el movimiento de los materiales. Este factor acorta los tiempos de fabricación y reduce el número de mano de obra necesaria en el proceso.
Durante el transporte, su ligereza reduce los costes de transporte ya que permite aprovechar el espacio de transporte de camiones o contenedores.
Por último, en el momento del montaje, su ligereza facilita la instalación, siendo necesarios pocos recursos humanos y muy pocos mecánicos para elevación.
DISEÑO – FLEXIBILIDAD
Permite gran libertad de diseño. Los arquitectos pueden crear los espacios libremente y el sistema se encarga de reproducirlos con exactitud.
Tanto si hablamos de rascacielos, naves industriales, oficinas, edificios públicos, viviendas unifamiliares o edificios residenciales, el sistema encaja por su versatilidad a la hora de poder adaptarse y coexistir con sistemas convencionales como hormigón o acero laminado.
El acero laminado en frío, en combinación con el hormigón y/o el acero laminado, supone una poderosa solución para aplicaciones de edificios en diferentes alturas. Funciona muy bien también para remontes de nuevas alturas sobre edificios construidos por su ligereza y facilidad de ejecución.
